Que se me vienen a vivir al sur, más cerquita y quizás al ladito, aqui a cádiz, ya se acabaron los viajes largos, que los hacía con ganas, pero no es lo mismo ver a tu sobrino dos veces al año, que tenerlo a menos de 400 km.
Menuda alegría, la distancia aunque en el corazón siempre fue de centímetros, la distancia real era de muchos kilometros, ahora estarán a tiro de piedra.
Olé
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